¿La teoría del apego arruinó tu relación? Los estilos de apego pueden cambiar. Descubre los secretos de las relaciones adultas saludables al saber cómo los estilos de apego impactan nuestro comportamiento.
Introducción: Probablemente has escuchado el término «estilo de apego» mencionado recientemente. Aunque la teoría ha existido durante décadas, ha experimentado un resurgimiento en las tendencias de las redes sociales en línea. Algunas personas incluso afirman que tu estilo de apego puede determinar si tu relación fracasará o no… ¿hay verdad en esto?
Si bien la mayoría de los psicólogos y especialistas en salud mental están de acuerdo en que hay verdad en la teoría del apego, sus implicaciones en las relaciones amorosas adultas son un poco más complicadas. Este artículo explorará qué es la teoría del apego, cómo influye en nuestras relaciones adultas y si tu estilo de apego podría estar saboteando tu relación.
¿Qué es la teoría del apego? La teoría del apego es una teoría psicológica que se enfoca en la importancia de los lazos emocionales tempranos entre los bebés y sus cuidadores, y el impacto de esos lazos en el desarrollo individual y las relaciones más tarde en la vida. Según la teoría, el estilo de apego de un niño está moldeado por la sensibilidad y responsividad del cuidador a sus necesidades durante la infancia y más allá. Los cuatro tipos principales de estilos de apego son seguro, ansioso/ambivalente, evasivo y desorganizado.
Estilo de apego seguro: Los niños con un estilo de apego seguro tienden a sentirse seguros y protegidos cuando su cuidador está presente, y utilizan a su cuidador como una «base segura» desde la cual explorar su entorno.
Estilo de apego ansioso/ambivalente: Los niños con un estilo de apego ansioso/ambivalente a menudo están ansiosos e inciertos acerca de la disponibilidad y respuesta de su cuidador. Pueden volverse pegajosos o excesivamente dependientes de su cuidador y tener dificultades para explorar su entorno.
Estilo de apego evasivo: Los niños con un estilo de apego evasivo tienden a evitar o ignorar a su cuidador, y pueden parecer indiferentes a la presencia o ausencia de su cuidador. También pueden tener dificultades para formar relaciones cercanas más tarde en la vida.
Estilo de apego desorganizado: Los niños con un estilo de apego desorganizado a menudo exhiben comportamientos contradictorios hacia su cuidador, como acercarse a ellos pero luego retroceder rápidamente. También pueden mostrar comportamientos inusuales, como congelarse o colapsar en presencia de su cuidador. Un estilo de apego desorganizado a menudo se asocia con experiencias de abuso o negligencia.
La teoría del apego sugiere que las experiencias tempranas de apego pueden influir en los patrones de regulación emocional, comunicación y comportamiento de un individuo en relaciones futuras. A pesar de que la teoría ha sido criticada por simplificar en exceso la complejidad de las relaciones humanas, sigue siendo relevante en muchas áreas de la psicología y continúa informando la investigación y la práctica clínica.
¿Cómo influencian los estilos de apego nuestras relaciones adultas? Los estilos de apego influencian nuestras relaciones adultas estableciendo nuestras expectativas sobre cómo los demás reaccionarán hacia nosotros en las relaciones. Veamos algunos ejemplos:
Escenario: Tu pareja llega a casa del trabajo y en lugar de pasar tiempo contigo, dice que está realmente cansada y necesita tiempo a solas en su habitación.
Estilo de apego seguro: Una persona con un estilo de apego seguro comprenderá que su pareja necesita satisfacer sus propias necesidades, y que pasar tiempo a solas no es un indicativo de desconfianza, malos sentimientos o enojo.
Estilo de apego ansioso: Por otro lado, alguien con un estilo de apego ansioso escuchará eso y creerá que está siendo abandonado, que su pareja no quiere pasar tiempo con ellos o que no son lo suficientemente buenos para la relación. Debido a esta expectativa, podrían responder con hostilidad («¡Cómo te atreves a no querer pasar tiempo conmigo!»), agresividad pasiva («Está bien, supongo que no soy lo suficientemente divertido para pasar tiempo juntos») o ansiedad («¿Estás enojado conmigo? ¿Hice algo mal? ¿Qué sucedió?»)
El estilo de apego no impulsa la acción; más bien, impulsa nuestra comprensión de lo que está pensando y sintiendo nuestra pareja (algo que no podemos entender realmente a menos que les preguntemos).
En general, los adultos formarán expectativas de acuerdo con sus estilos de apego de la siguiente manera:
Estilo de apego seguro como adulto: Las personas con un estilo de apego seguro suelen tener opiniones positivas de sí mismos y de sus parejas. Se sienten cómodos con la intimidad y la autonomía, tienen habilidades de comunicación efectivas y son más propensos a formar y mantener relaciones saludables.
Estilo de apego ansioso como adulto: Por otro lado, las personas con estilos de apego ansioso tienden a buscar excesiva seguridad y validación de sus parejas. A menudo se preocupan por ser abandonados, tienen baja autoestima y adoptan comportamientos pegajosos o dependientes. Esto puede llevar a dificultades en la relación, incluyendo conflictos frecuentes y turbulencias emocionales.
Estilo de apego evasivo como adulto: Las personas con estilos de apego evasivos tienden a priorizar la independencia y pueden tener dificultades para formar conexiones emocionales profundas. A menudo reprimen sus necesidades emocionales, evitan la intimidad y tienen miedo a la dependencia. Esto puede llevar a desafíos para formar y mantener relaciones íntimas.
Estilo de apego desorganizado como adulto: Las personas con un estilo de apego desorganizado pueden exhibir patrones inconsistentes de comportamiento en las relaciones. Pueden tener problemas con la regulación emocional, dificultad para confiar en otros y experimentar miedo y confusión en las conexiones íntimas. Este estilo de apego a menudo se asocia con traumas no resueltos o experiencias abusivas.
¿Pueden cambiarse los estilos de apego? ¡Sí! Los estilos de apego no son rasgos fijos y pueden ser influenciados por experiencias posteriores e intervenciones terapéuticas. Comprender los estilos de apego puede brindar una visión de los patrones de relación y proporcionar pasos hacia la construcción de conexiones más saludables y gratificantes.
Como adulto, tomar conciencia de tu estilo de apego puede ayudarte a tomar control de tus comportamientos y de cómo te acercas a las relaciones. Si crees que presentas un estilo de apego ansioso, evasivo o desorganizado, es posible cambiar a un estilo de apego seguro.
Aquí hay algunas estrategias compasivas y empoderadoras que las personas pueden considerar en su camino hacia cambiar sus estilos de apego:
Autoconciencia: Tómate el tiempo para reflexionar sobre tu estilo de apego y su impacto en tus relaciones. Comprende cómo tus experiencias tempranas pueden haber moldeado tu estilo de apego y reconoce cualquier patrón que pueda estar afectando tus conexiones actuales.
Terapia y asesoramiento: Busca apoyo de un terapeuta o consejero con licencia que pueda ayudarte a explorar y comprender tu estilo de apego, abordar cualquier herida emocional subyacente y desarrollar dinámicas de relación más saludables.
Atención plena y autocuidado: Participa en prácticas de atención plena, como la meditación o ejercicios de respiración profunda, para estar más atento a tus emociones y reacciones. Prioriza actividades de autocuidado que nutran tu bienestar y te ayuden a construir una sensación de autoestima más fuerte.
Habilidades de comunicación: Trabaja en mejorar tus habilidades de comunicación, expresa tus necesidades y límites, y escucha activamente a tu pareja para fomentar relaciones más sanas y seguras.
Sanar heridas pasadas: Si es aplicable, busca sanar cualquier trauma pasado o experiencias adversas que puedan estar contribuyendo a tu estilo de apego. Esto puede implicar procesar emociones, buscar cierre e integrar nuevas perspectivas con la ayuda de un terapeuta.
Desafiar creencias negativas: Identifica y desafía cualquier creencia o suposición negativa que tengas sobre ti mismo, los demás y las relaciones. Cultiva perspectivas más positivas y realistas que puedan respaldar los estilos de apego seguros.
Construir relaciones seguras: Rodéate de personas comprensivas y solidarias que puedan brindar experiencias positivas de confianza, seguridad e intimidad, lo cual puede ayudar a remodelar tu estilo de apego con el tiempo.
Recuerda, cambiar los estilos de apego es un proceso que lleva tiempo y paciencia. Está bien buscar apoyo y orientación en el camino. Encuentra un terapeuta que se especialice en la teoría del apego y que pueda ayudarte a navegar los conflictos interpersonales que puedan surgir. Oficinas de terapeutas de salud mental como Lifebulb, Grow Therapy o Thriveworks son buenos ejemplos de opciones en línea y presenciales cerca de ti.
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